La combinación del Abeto junto con el Enebro, hacen de este aceite una poderosa herramienta de defensa ante brujerías y maleficios, que no debería de faltar en los más preciados altares.
Consideradas ambas plantas con propiedades protectoras, era costumbre antiguamente, colgarlas en las puertas para alejar las fuerzas malignas.
También protegen de las enfermedades y su gran poder aleja a los malos espíritus. Se utilizan también como protección contra accidentes y para librarse de los ataques de los animales salvajes.