Relatos de un Druida

A los buscadores de la magia

Yo Merlín, que conozco los secretos que guardan el Sol y la Luna, que vaticino según el canto de la corneja, que leo mensajes en las nubes y dicto mis presagios observando el vuelo de las aves, quiero transmitirte a ti, mi querido lector, la sabiduría que he ido adquiriendo a lo largo de los años, para que no caiga en el olvido ni sea borrada por el viento.

Por alguna razón, ahora mismo estás leyendo estos relatos, así que, has de estar preparado para abrir tus ojos y tus sentidos a este maravilloso mundo de lo Invisible y lo Oculto, si es que no lo has hecho ya.

Me gustaría acompañarte en este viaje, compartiendo mis viejas experiencias contigo, que de alguna manera, espero te sirvan de guía en tu camino y te puedan ayudar a dar tus primeros pasos en el mundo de la magia, pues has de ser muy cauteloso. 

Pronto descubrirás que, tan importante es saber caminar, como elegir bien el camino, pues podrías perderte por múltiples senderos que no te llevarían a ninguna parte. 

Nunca olvides, que sólo tu corazón y tu conciencia conocen la senda que has de recorrer. Así que, no dejes de escucharlos, si realmente deseas encontrarte con la Magia y con tu verdadero Destino.

El despertar de la magia

Nunca olvidaré que fue un caluroso día de verano en el que la naturaleza gozaba de su máxima plenitud. Ese día, que sugería ser espléndido, decidí adentrarme en el bosque, pues disfrutaba pasar largos momentos en él, envuelto en mis pensamientos. 

Los arbustos y los helechos cerraban las pequeñas sendas, como si anhelaran que nadie pudiera adentrarse en sus entrañas. Noté que los pájaros trinaban asustados y revoloteaban inquietos a mi alrededor.  Para mi sorpresa, entre el entramado de ramas y hojas de un pequeño matorral, pude ver un nido con unos hermosos huevos blancos, y arrastrándose sobre él, una serpiente que al percibir mi presencia, entre silbidos, lanzó al aire uno de los huevos que mantenía en la boca, viniendo a parar a mi capa.

Al intentar cogerlo con mis manos, el limo pegajoso que había quedado en él, procedente de la boca de la serpiente, despertó en mí, una extraña sensación de escalofrío que invadió todo mi cuerpo. En ese momento, el intenso graznido de una corneja, me hizo mirar al cielo, donde una oscura nube gris, amenazaba desafiante con cubrir el sol que brillaba ese día.  Al fijar la mirada en la nube, pude ver claramente la imagen de un caballo que corría veloz en el cielo.

Advertí la señal y eché a correr ladera abajo como si todas las serpientes del bosque me persiguieran. Encontré la calma sólo al llegar a un pequeño arroyo que atravesaba el bosque, y al intentar cruzar a la otra orilla, no pude evitar que el huevo me escurriera de las manos. Me quedé estupefacto cuando lo vi flotar y moverse contra la corriente del río. Intenté cogerlo de nuevo, pero al hacerlo, enseguida noté cómo su  frágil cáscara, se quebraba entre mis manos.

Según se extendía la clara e iba cayendo sobre el agua, formaba unas figuras que me revelaron mi sino. Era una torre alta, con forma de jaula, perfectamente esculpida y tan impecablemente delineada por unos finos hilillos blancos, que parecía la obra perfecta de una araña.

 Años más tarde, pude descubrir que yo, Merlín, moraría encerrado por siempre en aquella torre, siendo el feliz esclavo de mi amada Viviana. 

La búsqueda espiritual

Con frecuencia percibía señales, pero eran más intensas y claras cuando me encontraba en plena naturaleza, pues los mensajes se me revelaban fácilmente a través de los animales, las hojas, el viento; y cada vez con mayor frecuencia. 

Por esta razón, recogí las pocas cosas que tenía y me dispuse a adentrarme en el bosque para comenzar mi búsqueda espiritual. Anochecía ya, y aún no había encontrado un refugio en el que resguardarme. Pero la Luna llena iluminaba tanto el bosque, que no sentía miedo de estar en él.  Después de beber el agua pura y fresca que manaba de un pequeño manantial, pude contemplar, cómo saliendo del corazón de la arboleda, una espesa niebla comenzó a envolverme repentinamente, haciéndome entrar en una profunda ensoñación. Fue entonces, cuando de entre la niebla, salió una exorbitante y nívea lechuza, como nunca había visto antes.

Volaba directamente hacia mí, como si quisiera atravesar mi cuerpo. Pero justo ante mí, alzó el vuelo hacia el cielo. Sus alas eran tan grandes que cuando se alejó, una suave brisa me acarició la cara, logrando así abrir mis ojos y despertarlos para siempre. En aquel momento, no me pude imaginar, cuánto cambiaría mi vida, ya que, desde entonces, mis visiones comenzaron a sucederse ininterrumpidamente.

La presencia de los espíritus

Esa misma noche, todos mis sentidos se agudizaron. Aprecié un enorme y poderoso Roble, cuyas ramas movidas por el suave viento, parecían brazos que me invitaban e instaban a acercarme.

Curioso por esa nueva visión, avancé lentamente hacia el enorme Árbol que ejercía en mí un irresistible magnetismo, difícil ya de eludir. Las hojas del bosque, parecían haber creado una alfombra que me marcaba el camino que había de recorrer. Muchos animales se acercaron a recibirme y otros caminaban junto a mí.

Mientras me dirigía hacia el Roble, sentía cómo mi cuerpo se expandía y se abría, al igual que lo hacen los pétalos de una flor al recibir los rayos del Sol.

Mi ser se henchía de una sensación tan pletórica y agradable, que creo que no fui consciente de mi cuerpo, por un largo período de tiempo. 

Mi alma parecía haberse encontrado con todo lo que la conformaba. La paz más absoluta se había incorporado en mí. Y, en medio de esta gran placidez y calma, el tronco del Roble se abrió ante mí, mostrándome todo su mundo interior.   

Y fue entonces, cuando pude verlos. Estaban ante mí, con sus túnicas largas y sus blancas barbas, los que serían mis maestros de la Magia. Estaban dispuestos a transmitirme su sabiduría. Me acompañaron y me mostraron todo lo que había de conocer, al igual que yo hago ahora contigo.

Los elementos de la creación

Tierra-Aire-Fuego-Agua-Espíritu

La Tierra

En ese momento, sentí cómo mis pies se convertían en raíces, que cada vez, eran más largas y profundas. Sentí en mi interior, que yo era tierra, y que su Espíritu se había integrado en mí y me permitía ver, el gran poder que tenía de otorgar la forma, siendo la morada de los árboles, las flores, las plantas, los animales y de todo ser viviente, a los cuales, alimenta con sus dones de abundancia.

Había entrado en el reino de la Tierra. Y allí, pude divisar a sus Guardianes, los Elementales.

Los Elementales de la Tierra eran los Gnomos. Habitaban en las raíces de los árboles donde protegían unas pequeñas cuevas llenas de sal. 

Otros se divertían jugando con hermosas piedras y gemas de distintos colores. Todo se había vuelto verde y marrón, salvo en la zona donde, algunos de ellos, custodiaban deslumbrantes tesoros. En este lugar todo era de un predominante y flamante color oro.  

El Aire

Sentí que crecía con el Roble. Sus vigorosas ramas, se movían suavemente, mientras los pájaros se protegían entre su follaje. El rumor del viento pronunciaba mi nombre y así reparé que se me llamaba a un nuevo Reino, en este caso, el Reino del Aire.

El Aire es el soplo invisible que nos insufla la Vida. No podía verlo, pero sí sentirlo. Era fresco y limpio. Notaba su fragancia, sus variados perfumes de flores.

Se me estaba transmitiendo su gran sabiduría. Todo ello, sin pronunciar una sola palabra. Todo era mental. Y de manera incesante, sus enseñanzas se integraban en mi mente, ávida de conocimientos.

Me encontré de nuevo con los Ancianos, que me presentaron a los guardianes  de este Reino, los Silfos. Y fue gracias a ellos, que estos Elementales se mostraron ante mí, aunque solo fuera por un breve instante.

Estos seres del Aire son como la naturaleza que los conforma, por lo que resultan invisibles ante cualquier ojo humano. Sus cuerpos aéreos, transparentes y volátiles sólo se muestran cuando ellos lo desean, adoptando entonces unas bellas y caprichosas formas tan etéreas y efímeras como el vapor. 

Aunque no hay que olvidar, que su ira es capaz de levantar fuertes tempestades que arrasarían y destrozarían todo a su paso.

El Fuego

Los rayos del Sol, se fueron abriendo paso entre las ramas del Gran Árbol, y así lo llenaron todo con su calor y su luz, que contenía una variada tonalidad de colores como el rojo, naranja y dorado. Empecé a apreciar, cómo crecía en mí, con fuerza y pasión, un impulso y una voluntad, por conocer el que intuía, sería el siguiente reino. Más, los Ancianos, me previnieron que no actuara de manera impetuosa, pues los Elementales del Fuego, pueden destruir fácilmente, a aquellos que no se ganen su respeto.

Estos guardianes son las Salamandras. Habitan en el interior de las llamas, y son unas temibles criaturas que poseen cuerpo de lagarto, patas provistas de garras y cola de serpiente.

El Agua

Empezó a sonar una dulce melodía de arpa, a la que acompañaban unos cánticos que ofrecían un deleite sin igual. Un arroyo comenzó a fluir por mis venas. Anegó mi corazón, desbordándolo de sentimientos y emociones tan profundas que, por momentos, una irreprimible lluvia de lágrimas, inundaba mis ojos, sin ni siquiera estar triste. 

El eco de la música resonaba el sonido y me costaba distinguir exactamente, de qué dirección provenía. Una vez más, agradecí la ayuda de los Ancianos, que me guiaron directamente hacia el lugar.

Esta vez, había entrado en el Reino del Agua. Y fue así, como logré ver a sus Guardianes, las Ondinas. 

Estas ninfas del Agua son extremadamente bellas y están siempre prestas a seducir a quien se acerque a ellas.

El Espíritu

A partir de ese momento, todos los Reinos que había visitado, se integraron en mi alma, logrando así, la revelación de toda la sabiduría de los Antiguos Dioses. Había caminado entre ellos, y formaba ya, parte de ellos. Me sentía uno con el Todo. Había conectado con el Espíritu, porque el Espíritu está en todo; y yo, estaba en la morada del Espíritu, pues éste habita en los Elementos. 

El Espíritu es la energía divina del Todo, es lo Sagrado y lo inexpresable, y lo inmaterial que forma parte en toda la materia. 

A ti, incansable caminante, te insto a que tus pasos se dirijan hacia una conexión con esta fuerza espiritual, ya que es la que permite la manifestación. Y no olvides que, los elementos, son el camino que te llevará al Espíritu. Y es en tu Altar, a través de la Magia, mediante rituales e invocaciones, como puedes conjurar, dominar y controlar estos elementos. Con el tiempo y la práctica, serás capaz de ver los Elementos animando la Naturaleza e incluso tu propio Ser.

Mis poderes mágicos

Después de aquella experiencia, me di cuenta de que las montañas, los valles, los arroyos, los árboles, los animales y todo cuanto existe en la Naturaleza, albergan en su interior el Espíritu de la Divinidad. Pues es, a través de ellos, como podemos lograr una conexión y un vínculo con el mundo sobrenatural. 

El único propósito que tenía ahora mi alma, era mantener aquel contacto directo con los Antiguos Dioses. Sabía en mi interior, que desde aquel momento, el bosque sería además de mi santuario, mi hogar para siempre; por lo que busqué donde refugiarme, y pasar mi vida en solitario, solo con la compañía de mis amados los animales. 

A menudo veía a Cernunno, el rey de los animales.

Se aparecía ante mí con sus imponentes astas de ciervo que lucía por corona, envuelto en pieles y plumas, adornado con collares y torques, y siempre acompañado de animales, entre los que nunca faltaban las serpientes. Me había conferido su fortaleza, su valor y me había transmitido grandes poderes, como el cambio de forma, que me era muy útil en la vida del bosque.

Con este poder lograba y podía hacer mía la naturaleza de cualquier animal, lo cual me permitía comunicarme con su espíritu y  también conectar con el más Allá y hablar con los más Ancianos y Sabios, obteniendo de esta forma, todo lo que mi alma necesitaba saber y conocer del Otro Mundo. 

Me transformaba en muchos animales y a todos respetaba. Pero el incansable castor, era uno de los que gozaban de mi gran estima, pues demostraba este pequeño animal, construyendo diques en el río, que era un original experto en modificar y alterar el curso de la naturaleza según su voluntad o necesidad; al igual que lo hacía yo, con mis actos mágicos. Esto es lo que para mí, describe claramente, el concepto de Magia.

Solo cuando necesitaba algo que no lograba conseguir en el bosque, me acercaba al pueblo. Notaba en algunos, que me miraban de forma extraña, pues me había dejado crecer el pelo y la barba y abrigaba mi cuerpo con una especie de túnica larga. Quizá les asustaba lo que colgaba al cuello, como los colmillos  o garras de algunos animales; o algún símbolo que había grabado en madera, de los que, para mi protección y actos mágicos, se me habían revelado. Cuando me daba cuenta de esto, adoptaba la forma de un hermoso joven, pues también había aprendido a cambiar a mi antojo el aspecto humano, pero como era de esperar, este hecho les sorprendía todavía más. Era consciente de que se hablaba de mis poderes.

Vivía en una pequeña cueva en la que las formidables raíces de los árboles, habían entretejido a modo de puerta, una entrada que sólo yo conocía, a excepción, en verdad, de algunos Elementales, de las aves, ciervos y ardillas que me veían entrar, en ocasiones, como un humano, y salir en otras, como un hermoso conejo o un oscuro cuervo.

Cada día, los conocimientos que se me transmitían aumentaban mis poderes, llegando a alcanzar grandes habilidades como la de ser capaz de formar parte del fuego, de las aguas de un río, o de la corteza de un árbol, entre muchas otras.

Es por esto, que en más de una ocasión, conté con la visita de grandes reyes que vendrían a buscar mi consejo y colaboración, pues la grandiosidad de mis poderes iba en aumento. 

No tomaba conciencia de que dejaría para siempre mi impronta en la historia, cuando en Ávalon, la isla de las Hadas, había forjado una espada que inserté en una piedra. Después de hacer mis trabajos mágicos sobre la espada, sólo aquel que estuviere destinado a ocupar el trono del rey Uther, el cual había muerto sin dejar herederos, sería capaz de liberarla de su lugar.

Muchos fueron los caballeros robustos y fuertes que lo intentaron, más solo el joven Arturo logró extraer, sin dificultad alguna, la espada de su enclavamiento. 

Y así fue como se manifestó el que sería el siguiente monarca, quien a pesar de su corta edad, fue reconocido por todos, desde ese mismo momento, como el noble sucesor de la corona. 

Y fue también desde ese mismo momento, cuando Excalibur, la espada liberada de la roca, desencadenó la magia y el poder que yo le había conferido, logrando así que aquel que la empuñara, jamás perdiera una sola gota de sangre en las batallas.

Los comienzos en la magia

Al vivir en el bosque, no me resultaba difícil apreciar los cambios en los ciclos de vida naturales, como los que marcaban las estaciones. Así, podía observar, cómo el paso de la nieve, dejaba entrever los primeros brotes de hierba, cómo los ríos aumentaban su caudal, o cómo volvían a crecer las flores en los árboles, para ofrecernos más tarde sus frutos. 

Apreciar estos ciclos de vida, te ayudará a estar en conexión espiritual con los Elementos, pues has de trabajar en armonía con ellos.

Tendrás que tener en cuenta también, los ritmos planetarios y sus cambios, para saber cuándo es mejor operar en tu trabajo mágico, y valerte de sus energías ascendentes o menguantes, como en el caso de la Luna y sus fases.

Así has de tener en cuenta que La Luna Creciente es la fase del crecimiento, por lo que harás en ella los trabajos que sean de expansión y desarrollo, todo lo que deseas lograr. En Luna Llena, todo lo psíquico atraviesa su punto álgido, la Luna es la Señora de la Magia, y en esta fase su fuerza está en total y máxima exaltación; en cambio en la fase Menguante, su fuerza decrece, por lo que te alinearás con ella para realizar tus obras de disminución de algo o alejar todo aquello que no deseas. Por último, durante la fase de Luna Nueva, las fuerzas oscuras están libres, por lo que es este el momento de la planificación y la renovación.

Así, puedes incorporar tus propósitos mágicos, al honrar estas festividades que se celebran a lo largo del año. Seguir y conocer las viejas tradiciones de quienes nos han precedido, sin duda, será el mejor camino para tus comienzos en la Magia, pues te ayudará a conectar con las fuerzas de la Tierra y a comunicarte con tus guías espirituales, permitiéndote descubrir a tus familiares mágicos. De esta manera, podrás formar un vínculo de poder, entre la Magia, el Universo y tú.

Festividades de la rueda del año

Samhain

Te describiré las antiguas tradiciones que se llevaban a cabo, según la época del año, siguiendo las costumbres de los antepasados y de los más Antiguos. 

Samhain era la festividad más importante, y se celebraba a finales de octubre, coincidiendo con la mitad del equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. 

Esta fiesta duraba casi una semana y se celebraba en ella, el fin de la temporada de las cosechas.

La naturaleza marcaba el final del verano y la entrada al invierno. Por tanto, era esta festividad, la que marcaba también, el fin de año. La muerte no era el fin, sino el principio, dando así, comienzo al año nuevo.

El día se comenzaba con la noche, y no con el alba. Por esta razón, las fiestas comenzaban el día anterior, al ponerse el Sol. Esta vigilia de un nuevo ciclo, no era ni tiempo pasado ni tiempo futuro, sino que era el espacio del Tiempo más allá del Tiempo.

La Fiesta de los Espíritus era la que ponía fin a esta celebración; pues el Velo del Tiempo se levantaba y se podía visitar el mundo de los muertos.

Por esta razón, en Samhain será el mejor momento en el que puedas considerar, más internamente, la mortalidad. Tendrás la mayor oportunidad para tu desarrollo mágico, sobre todo, mediante la exploración de tus habilidades psíquicas, aunque podrás también, practicar ritos adivinatorios y dictar presagios que hagan referencia a cómo será la fortuna, la salud o el matrimonio en el nuevo año.

Las muchachas del pueblo, solían escribir en avellanas, los nombres de sus pretendientes; echándolas luego al fuego. La avellana que saltara fuera de la hoguera, sería la que revelaría el nombre de su futuro marido. También podrás augurar cuan larga será tu vida, según lo largo que consigas pelar una manzana sin romper el trozo de piel.

Imbolc

Aún en invierno, empezando con la primera Luna llena de Acuario, y cerca del punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, se celebraba la fiesta de la Luz. Las horas de claridad se iban ampliando y los días eran cada vez más largos. En este tiempo, se podía apreciar ya, cómo las flores primaverales brotaban a través de la nieve.

En Imbolc, se celebraba el renacer de la naturaleza, encendiéndose hogueras para animar al Sol a despertar y poder tener buenas cosechas, pues eran el sustento de todos.  También se hacían ofrendas a la Diosa Brighid, pues era la que después de viajar por toda la Tierra, regresaba portando buena fortuna y prosperidad a todo ser viviente. Con Brighid regresaba la esperanza de la Vida y la Salud, pues ella daba vida a todo lo que estaba muerto.

Todas las mujeres que deseaban ser madres, o que estaban a punto de alumbrar a sus hijos, le hacían ofrendas, generalmente, una escudilla de leche de oveja, ya que, en ese momento, las ovejas habían parido a los corderitos y tenían más leche, pues estaban en el período de lactancia. Era esta festividad, sin duda, un momento de máxima exaltación de la Fertilidad.

Era costumbre también, poner un buen tronco en la hoguera, para que ardiera toda la noche. Yo lo observaba y hacía predicciones según el humo, las formas y el movimiento de las llamas. Se referían casi siempre, a la productividad de los animales.

Apenas pasada la medianoche del 31 de enero, echaba al fuego algunos granos de trigo o cebada para saber sobre la fortuna de las cosechas. Y por mi experiencia, a través del paso de los años, te diré que si los granos saltaban sobre el fuego o se quemaban juntos, era un mal presagio, pues advertía de que la cosecha iría mal. En cambio, si los granos saltaban hacia la estancia, la cosecha sería abundante. Cuando las llamas crepitaban mucho, pronto se celebraría una boda; en cambio sería un presagio funesto, si el fuego tendía a salirse hacia delante.

Imbolc también era un tiempo de purificación. Se recorría toda la casa, asperjando agua con una pizca de sal. Se hacían escobas con ramas de avellano o retama que se ataban a un palo; luego se limpiaba toda la casa con ellas para librarse del frío, el hambre y también para expulsar la negatividad y el miedo, que eran compañeros constantes durante toda la estación invernal. 

Beltane

Con la llegada de la primera Luna llena de Tauro, la última noche de abril, era Beltane, junto a Samhain, una de las festividades más importantes de la Rueda del Año. 

Desde este momento, hasta Samhain, es la época del Sol y la Luz, por eso se llama Beltane, que significa, fuego brillante. Por lo que, en este tiempo, se encendían grandes hogueras y también se hacían ritos, sobre todo, para proteger el ganado y para alejar, definitivamente, el frío del invierno y las heladas, de las nuevas plántulas que estaban naciendo. Los incipientes rayos del Sol ofrecían, de nuevo, fuerza y calor, cobrando importancia una vez más, la fertilidad de la naturaleza. 

Así, con una clara reverencia fálica, se elevaba en el centro de la aldea, un gran tronco de árbol que se engalanaba con lazos y guirnaldas de flores. Alrededor de este florido mástil, se danzaba y se cantaban alegres canciones hasta bien entrada la noche, en la que se practicaba una sensualidad desenfrenada.

Se dice que los hijos concebidos en aquella noche, estaban dotados de poderes mágicos y grandes habilidades psíquicas.

La fuerza más poderosa que mueve la rueda de la Creación, es el Amor, y es en este tiempo cuando cuenta con la mayor bendición de los Dioses. Ten esto en cuenta a la hora de hacer tus invocaciones y peticiones, aunque antes, deberías procurarte las gotas del rocío de esta mañana del primero de mayo. Guárdalas en un frasco de vidrio para utilizarlas antes de formular tus hechizos y te asegurarás resultados prodigiosos. 

Aprovecha tu viaje por el bosque, para buscar las ramas del Espino Albar, que es uno de los lugares favoritos de las hadas, y cógelas sin temor, pues será el único día del año en que no provoques la ira de estas hermosas criaturas.

Lughnasadah

La última noche de julio, con la primera Luna llena de Leo, se celebra Lughnasadah, la primera cosecha, que dará paso a todo un período de recolección de frutos y cereales, muchos de los cuales, se guardarán para pasar el invierno.

Se hacían rituales para favorecer la buena fortuna, la prosperidad y la abundancia.

Con un manojo de hojas de maíz, a las que se les habían quitado las espigas, se confeccionaban unas muñequitas, a las que se llamaba, Hijas del Maíz, que se guardaban todo el año en la casa, como amuletos de la buena suerte.

También se prendía fuego a una rueda, que representaba al Sol, y se hacía rodar ladera abajo, para interpretar su recorrido.

Este es un buen momento para que reflexiones y observes la Rueda del Año. De esta manera, podrás comprender que todo responde a un equilibrio, no solo en la naturaleza, sino también en la vida personal. Así vemos, como todo lo que está vivo, nace, crece, se desarrolla y se prepara para la muerte, de la que volverá a nacer, completando así, el ciclo que perpetúa la Vida.

Las festividades van marcando el paso del tiempo, de estación en estación, así como una Luna sigue a la anterior y como la noche da paso al día, a todo fin sigue un principio. De esta forma, deberás integrarte con la naturaleza, pues de esta manera, resonando con ella, y siguiendo esta cadencia, honrarás a los Antiguos, y así llegarás a escuchar a los Espíritus de la Tierra, que te acompañarán y guiarán por el camino que has de recorrer para alcanzar tu propósito mágico.

Tu nombre mágico

Si has estado atento a mis viejos relatos, recordarás que te hablé de un Roble especial en el que me fueron revelados los poderes de la Creación. Pues bien, has de buscar el encuentro con ese poderoso y majestuoso Roble Sagrado, aunque, a decir verdad, si tu corazón realmente anhela adquirir los conocimientos del Otro Mundo y caminar por la senda de los Sabios, será él quien te encuentre a ti.

Llegado ese momento, deberás desprenderte de tus miedos internos y emprender con valor tu camino por el interior del árbol y, cuando hayas integrado el mundo de los Elementales en todo tu ser, llegarás a un espacio que posee el dominio absoluto del Espíritu de la Magia. Este lugar fluye hacia el Infinito a través de las interminables ramas del Roble Sagrado. Es un reino donde habita lo maravilloso, lo que todavía no tiene forma pero alberga la Luz y donde se guardan los secretos de los Sabios y los Antiguos Misterios de la Vida.

Para llegar a este Reino, la luz de tu corazón deberá ser pura y brillante, pues es la única luz que podrá guiarte por esta senda. Aunque también, podría facilitarte la entrada en el Reino de los Dioses, llevar contigo la Rama de Plata, que es la rama encantada del manzano, con sus brotes, flores y fruta madura. Así pues, si logras adentrarte en la morada de los Dioses, verás al gran Dagda, que es el Guardián de las puertas del Otro Mundo.  Entonces permitirá que te puedas fundir y formar parte del Todo, que es el lugar donde se otorga la Sabiduría y el Conocimiento que deseas.

Cuando retornes al tronco del árbol y desciendas de nuevo hacia la tierra, encontrarás la puerta por la que has entrado en el Roble Sagrado. Deberás cerrarla con determinación, y guardar con todo respeto lo que se te ha concedido. Y ahora has de estar muy atento, pues en el tronco, sobre letras de fuego, aparecerá escrito, tu Nombre Mágico. Después de unos segundos, su aparición será tan efímera que, tus ojos no tendrán jamás otra oportunidad de volver a contemplarlo. En adelante, este será el nombre que utilices en tus operaciones mágicas. Has de saber que tendrás que guardarlo con recelo, y revelarlo sólo a personas de tu más absoluta confianza, ya que en él, se encierra tu propia esencia y poder mágico.

Ritual de iniciación

Como su propio nombre indica, este ritual será el que realices siempre, antes de comenzar cualquier otro ritual, pues es el que abrirá la puerta a tu llamada a los Dioses. 

Has de encontrar un lugar adecuado para esta labor mágica. Ha de ser un espacio lejos de las profanas miradas, y que te transmita tranquilidad y la seguridad de no ser molestado.

Bien pudiera ser un claro en el bosque, o quizá, cerca de un arroyo o manantial ya que, el agua, siempre es un buen vehículo de comunicación con los Dioses.

Deberías de procurarte una vestimenta especial a modo de túnica, sobre la que atarías un cordón a la cintura, en el que poder sujetar tu cuchillo mágico. Aunque tendrás que disponer también de otras herramientas, como el poderoso Pentáculo o Estrella de cinco puntas, el cual, deberás tallar en madera, pues se corresponde con el elemento Tierra. También necesitarás algunos cuencos, un pequeño caldero, velas con sus respectivos candeleros, una copa y una vara, a ser posible de avellano o serbal.

Es importante que dispongas de una mesa o altar en el que poder colocar tus herramientas. Aunque tampoco debería preocuparte el hecho de carecer de ello, pues la naturaleza te ofrece su ayuda brindándote un pequeño tronco de árbol caído, en el que puedas desempeñar la misma función, o quizá tus preferencias personales, te lleven a buscar una roca porque te transmita ésta, mayor solidez.

Una vez en el lugar, traza en la tierra, con tu vara de madera, un círculo que te permita disponer de un pequeño espacio para llevar a cabo tu trabajo. Aunque, si esto no fuera posible, también podrías definirlo con sal, harina, piedras o lo que tú consideres más apropiado según el lugar que hayas elegido. Es muy importante que te asegures de tener todas tus herramientas dentro del círculo antes de trazarlo, pues una vez delimitado, no deberás salir de él hasta haber finalizado tu trabajo. 

Ahora has de encender una vela en cada uno de estos puntos, y lo harás siguiendo este orden: Este, Sur, Oeste y Norte, pues son los cardinales que se corresponden con los Cuatro Elementos. Luego, sitúa el Altar al Norte, y coloca sobre él, todas tus herramientas. 

En el cuadrante del Este, que corresponde al Elemento Aire, colocarás una pluma, a ser posible de águila, y unos granitos de incienso al que le puedes añadir algunas plantas aromáticas de las que hayas recogido en el bosque, y que sean apropiadas para el ritual. Las quemarás sobre una pequeña brasa, en un cuenco de metal o incensario, a fin de que su aroma llegue como una agradable ofrenda a este Reino.

En el cuadrante Sur, que corresponde al Elemento Fuego, colocarás y encenderás una vela. Seguirás por el Oeste, donde colocarás un cuenco con agua y una concha, pues corresponde este punto al Elemento Agua. Finalmente en el Norte, que es el Elemento Tierra, colocarás un cuenco con tierra, algún mineral o piedra, y un Pentagrama, pues es éste un símbolo mágico muy importante, ya que representa a los Elementos de la Naturaleza. El Pentagrama además te ofrecerá una alta protección frente a la negatividad, e incluso podría librarte también, de alguna intrusión espiritual no deseada.

Ahora llega el momento más importante de tu obra mágica, pues has de disponer de una total concentración y visión mental, necesarias para transmitirle toda tu fuerza y energía al círculo mágico que habías creado, y con el que darás vida propia a tu Espacio Mágico de Poder.

Con tu cuchillo mágico, apuntarás al suelo, hacia el círculo que trazaste, y recorriéndolo siempre en sentido deosil, es decir, según el Sol gira desde que nace hasta que se pone, lo dotarás con la fuerza de tu mente, de una luz brillante e intensa de color azul. 

Seguidamente, volverás al Este para trazar en el aire, con tu vara mágica, el símbolo de la estrella de cinco puntas. Deberás repetir este acto, en los demás puntos, hasta acabar de nuevo, en el Este.

Entonces, tomarás el recipiente donde arde el incienso y lo elevarás al cielo, invocando con voz fuerte y segura, a los Guardianes del Aire, para que guarden este dominio y lo protejan mientras dure el rito. Siguiendo hacia el Sur, elevarás la vela que habías ofrecido a este Reino, y nuevamente, con voz firme, invocas a los Guardianes del Sur, y esto mismo repetirás en el cuadrante Oeste con los guardianes del Agua, terminando en el cuadrante Norte, con los Guardianes de la Tierra. Volverás al Este para agradecer y completar este círculo mágico que has establecido con los Guardianes.

Todo lo que ahora estás llevando a cabo, es con la única finalidad de ayudarte a desarrollar tu senda espiritual y mágica, además de hacerle saber a los Espíritus y a los Dioses, que deseas su reconocimiento. Esta operación será la que hagas siempre, antes de comenzar cualquier obra mágica, sea de la índole que sea.

Así, si has hecho bien tus invocaciones, si has tenido en cuenta los ciclos de la Luna para llevarlas a cabo; si tus ofrendas les han honrado debidamente; y si has solicitado cuidadosamente la presencia de los Guardianes, entonces ellos, se te aparecerán dentro de tu círculo mágico. Da entonces, gracias a la Tierra y al Universo por esta bendición que has recibido, y no olvides que todo lo que hagas de ahora en adelante, será una creación compartida con los poderes superiores. 

Y de esta forma, saldrás de tu círculo mágico, agradeciendo y honrando, por los dones que se te han concedido. A partir de este momento, te harás uno con ellos. Te revelarán, incluso durante el sueño, secretos mágicos que pocos conocen.  Te será manifestada la Sabiduría Mágica y todos los encantamientos que necesites para realizar tus trabajos. Te protegerán y guiarán para que alcances tu mística finalidad, y caminarás a su lado, por siempre, por el camino de los Sabios.

La magia de las velas

Las velas son toda una fuente de luz e iluminación, aunque para ti y tus propósitos mágicos, serán además, una de las herramientas imprescindibles en tu altar.

Cuando la luz de la vela se eleve en el Cielo, hará llegar a los Dioses tu ofrenda más cálida que, sin duda alguna, será de su completo agrado. Según el color que hayas elegido, será la señal de tu propósito mágico.

BLANCO:   Este es el color que representa la pureza del Espíritu.  Te ayudará a irradiar energía positiva y aportará protección en cualquiera de tus actos. Recurre a él cuando invoques a los Dioses o necesites la paz y la tranquilidad del alma. Te guiará con su Luz por el sendero de la Vida. 

NEGRO:   Cuando se acerque a ti la sombra de la oscuridad y el misterio, no puede faltarte para liberarte de estas fuerzas que te invadan o que traten de perjudicarte. 

ROJO:   Es el color del fuego que encenderá y avivará la llama de la pasión, el calor y el movimiento de acción. Ponte al abrigo de esta llama cuando necesites dar vida a la pasión de tu corazón.

ROSA:   Deberás usarlo cuando necesites unir a dos personas que se aman. Te otorgará afecto, romance y felicidad, armonizando el Ser con los sentimientos del corazón.  

AMARILLO:   Este color brillante como el Sol, te colmará  de alegría y abundancia. También te será útil en tus estudios pues este color ilumina con su luz toda mente ávida de conocimientos.

NARANJA:   Te aportará entusiasmo y optimismo ayudándote a alcanzar todo tipo de suerte, metas profesionales y fortuna, contribuyendo también a mantener sana y armoniosa tu relación de pareja o matrimonio, extendiendo también su protección a los hijos.

VERDE:   Cuando utilices este color será como si te adentraras en el corazón del bosque, y toda la Naturaleza te sanara con su vitalidad y frescura, devolviéndote la juventud y la esperanza de la Vida. Te ayudará a recoger los frutos y logros de tu trabajo, potenciando su desarrollo y plenitud.

AZUL:   Con este color podrás limpiarte y despojarte de tus impurezas, como si fuera el agua que fluye por un arroyo. Despertará tu energía y poder, y te ayudará en la concentración.

PÚRPURA:   No dudes en utilizar este color cuando busques el vínculo con el mundo espiritual, pues en este color se encierran la magia y el misterio. Inúndate de este color, cuando necesites la metamorfosis y el cambio en cualquier situación.

MARRÓN:   Con este color podrás lograr abundancia y prosperidad material; es como sembrar la semilla en la tierra, que más tarde, te recompensará con los frutos. 

ORO:   Te ayudará a triunfar  y sobresalir en tus objetivos, destacando y brillando por encima de todo. Es la iluminación del Todo.

PLATA:   Su color disipará los poderes oscuros que te perturben. También le ofrecerás velas de plata a la Señora de la Luna, cuando necesites que despierte tu intuición y tus poderes psíquicos, abriendo tu ojo a la otra visión.

Los poderes de las flores, hierbas, árboles y raíces mágicas

Mi larga vida en el bosque, me ha llevado a descubrir el poder que albergan algunos árboles, plantas o incluso, sus raíces. También aprendí a distinguir muchas de las hierbas que más tarde, emplearía en mis hechizos, y que considero, no deberían de faltar entre tus útiles mágicos.

Seguidamente, para tus comienzos en la Magia, te detallaré algunas, que si sabes utilizarlas adecuadamente, no deberían faltarte por los beneficios que te pueden aportar.

El Roble

He llevado a cabo numerosos rituales mágicos bajo sus ramas, pues es este, uno de mis árboles preferidos. Este árbol tan vigoroso y de tan larga vida, te aportará fuerza y protección, incluso llevando solo una pequeña ramita en el bolsillo. Su fruto también te dará buena suerte y te ayudará a estar siempre sano. Y si deseas preservar un lugar del infortunio, deberás colgar en el umbral de la puerta, una cruz hecha con sus ramas y que atarás con un cordón rojo.

Encantamiento con bellotas para la buena suerte

Si deseas mejorar tu Suerte y Fortuna,
Cogerás tres bellotas a la luz de la Luna.
En un saquito rojo, las guardarás,
Y te irás del bosque sin mirar atrás.

El Acebo

Su madera es muy dura y compacta, de buena calidad y muy resistente en el tiempo, al igual que sus hojas, que son perennes. Sus frutos de bayas rojas, también se mantienen mucho tiempo en el árbol, e incluso estando secas, tardan en deteriorarse, debido a su dureza. Es quizá, por esta razón de durabilidad en el tiempo, que el bello Acebo, representa todo un símbolo de inmortalidad. Sus hojas con pinchos alejan el mal, por lo que, en invierno, coincidiendo con su floración, era costumbre hacer coronas con sus ramas para colgarlas en las puertas y proteger el hogar. 

El Laurel

Cuando hacía mis predicciones y deseaba confirmar la certeza de mis augurios, lanzaba al fuego una rama de laurel, y si esta ardía haciendo ruido, la predicción era acertada. Si tenía que entrar en grandes detalles, masticaba unas hojas de laurel; al poco tiempo, entraba en una meditación muy profunda, en la que rápidamente, los Dioses se me aparecían y me dictaban lo que estaba por suceder.

Si escribes tu nombre en una hoja de laurel y la quemas, alejarás las fuerzas oscuras que intenten someterte.

Este árbol, tiene una correspondencia planetaria con el Sol, por lo que, si envuelves una moneda dorada en una hoja de laurel y la atas con una lana roja, tu fortuna aumentará considerablemente y no se alejará de ti.  Pero, para que este hechizo sea realmente eficaz, deberás dejarlo en un lugar donde reciba los primeros rayos del Sol, y será entonces, al pronunciar las siguientes palabras mágicas, cuando quedará concluido el encantamiento. 

Encantamiento con el Laurel

Sol de la mañana, contigo nace el nuevo día,
Iluminas mi camino, siendo así, mi mejor guía.
Por ti, crece el laurel, protector y medicinal,
Que aumentará mi fortuna y me librará de todo mal.

Raíz de Mandrágora

La raíz de esta planta será imprescindible en tus trabajos mágicos, pero has de elegir la que tiene características humanas, pues es la más hechicera de todas y la que, según la leyenda, se convertirá para su dueño, en un pequeño duende de la suerte. 

La primera vez que la utilices, deberás ponerla una noche en agua, para que recobre y se active su poder. Puedes hacer uso de ella como fetiche; y también te diré que obtendrás con ella maravillosos resultados en el amor. Si deseas utilizarla para mejorar la salud, después de ponerla en agua, la colocarás debajo del lecho de la persona enferma.

Llévala contigo en tus operaciones mágicas, ya que tiene un alto poder exorcizante, y evitará que se te  acerquen los fantasmas y demonios.

Ruda

Es la Ruda, una planta mágica por excelencia. Tiene un olor intenso que pocos soportan, aunque a mí su fragancia, he de decirte que me resulta extrañamente atrayente y agradable.  

Has de saber que si pones una ramita de la planta en un cofre donde guardes monedas, aumentará tu buena suerte. Y si la colocas en una vasija con agua, alejarás las malas energías y los espíritus oscuros.

En tus rituales mágicos, puedes utilizarla para romper cualquier embrujo, mal de ojo y también contra todo tipo de magia manipuladora, aunque para este fin, deberías agregarla al agua de tu baño.

Voy a revelarte uno de mis secretos de Druida, pues siempre utilicé antes de mis artes mágicas, una poción mágica que conseguía mezclando con agua de rocío, el jugo de la Ruda fresca y unas flores de Milenrama.

Es tan inmenso su poder, que incluso solo llevando este frasco al cuello, lograrás que no se acerquen a ti los espíritus hostiles. 

Y si en algún momento te vieras envuelto en una situación peligrosa, si frotas las hojas frescas de esta planta contra el suelo, haciendo una cruz, inmediatamente se desencadenará un hechizo de retorno que se haya enviado contra ti; aunque no has de olvidar que esto solo será realmente eficaz, con las ramas de una planta que ese día, no haya recibido aún, los rayos directos del Sol.

Encantamientos y otras fórmulas mágicas

Cómo atraer a tu pareja ideal

Cuando sientas el deseo de amar y la pasión te invada, realiza este encantamiento para enviar a la persona que amas, tu mensaje de amor, y para que, a través de los Dioses, el anhelo de tu corazón pueda ser alcanzado.

Trabajarás en esta labor cuando la Luna entre en su fase Llena. Entonces ese día, darás un paseo por el campo y después de pedir permiso a las Hadas, recogerás las flores que más te atraigan para poder hacer con ellas, un círculo que rodee el Altar.

Déjate llevar por tu intuición, pues es indudable que las Hadas de las Flores, te ayudarán a elegir las más convenientes para esta intención mágica.

Una vez hecho esto, dirígete a un arroyo o manantial, y recoge una vasija de agua, pidiéndoles permiso previamente, a las Ninfas del Agua, que sin duda, contribuirán también con sus encantamientos a que este Elemento te sea provechoso. No te serán difíciles de encontrar en el lecho del arroyo, unos cantos rodados o piedrecillas que más tarde necesitarás. Si gozas del privilegio de tener un mar cercano, deberás también llenar otra vasija con un poco de agua de mar; si esto no fuera posible, llénala también con agua de río y añádele un poco de sal.

Elige una Rosa hermosa, que no esté estropeada por las heladas de la noche, y despréndela de sus espinas, a fin de que no pueda dañarte cuando la sostengas en la mano.

Ya en tu Altar, coloca tus herramientas mágicas en los lugares correspondientes para llevar a cabo el Ritual de Iniciación que te enseñé y da forma al Círculo Mágico con las flores que has traído del campo. Honra a todos los Reinos como ya sabes. 

Así, ofrecerás al Reino del Aire, que está situado al Este, un sahumerio en el que quemarás incienso y flores secas, de las que hayas recogido en el bosque en otras ocasiones, y entre las que no deben faltar los pétalos de Rosa.

Al sur, para el Reino del Fuego, ofrecerás una vela de color rosa, en la que habrás escrito con tu cuchillo mágico, tu nombre y tu deseo.

En el Reino del Agua, que es el que gobierna los sentimientos más profundos del corazón, y el que cobra una relevancia especial en este ritual, colocarás además del agua para representar a este Elemento, un pequeño espejo en el que, en un breve momento de contemplación, deberás reflejar no solo tu cuerpo, sino también el deseo de tu alma, y así lograr que los Dioses, al comprobar la nobleza de tu corazón y la sinceridad de tus sentimientos, te concedan el regalo de la pareja ideal para ti.

Al Norte, además de colocar el Pentáculo, ofrecerás al Reino de la Tierra uno de los guijarros de los que dispones, que tenga forma de corazón. Recuerdo que yo lo había esculpido pacientemente, a fin de transferirle a esta ofrenda toda mi energía, además de reafirmar con este acto, que mi corazón estaba preparado para amar y ser amado. Si deseas evitarte esta ardua labor, puedes dar forma a un corazón con varias piedrecitas que sean de tu agrado.

En el centro, que es donde elevarás tu petición al Espíritu, colocarás la Rosa, y tu Caldero Mágico. A un lado del Caldero coloca la vasija con el agua de río y al otro lado de éste, la de agua de mar, o agua salada.

Ahora dotarás al círculo de la Magia del Amor, para ello, danzarás alegremente alrededor del mismo, como si  de un momento a otro fuera a presentarse quien ama tu corazón, y empezando por el Este, harás de esta manera:

“Reino del Aire, te invoco para que mediante el viento, llegue mi llamada de amor al ser que estoy buscando”.

 Luego, siguiendo con la danza, te dirigirás al Sur diciendo: 

“Reino del Fuego, te invoco para que mediante tu calor, venga apasionado a mí, el ser que estoy buscando”.

En el Oeste, harás también la invocación diciendo:

“Reino del Agua, te invoco para que riegues de amor al ser que estoy buscando”.

Sin dejar de danzar, llegarás al Norte, y lo invocarás diciendo:

“Reino de la Tierra, te invoco para que arraiguen las raíces del amor en el ser que estoy buscando”.

Finalmente, dirígete al centro e invoca al Espíritu diciendo: 

“Espíritu que eres Todo, estás en Todo, y lo creas Todo, te ofrezco esta hermosa Rosa, para que des también hermosa forma al ser que estoy buscando”.

Entonces habrás llegado al momento más importante de tu invocación, ya que si has hecho bien todo el procedimiento, si has honrado debidamente a los Guardianes, y si has conseguido invocar a los Elementos, ahora podrás solicitar que aparezca ante ti el ser que estás buscando, pues una misteriosa niebla le dará forma y podrás con tu percepción, contemplar ante ti, lo que tu corazón desea. Para esto, deberás finalizar tu trabajo mágico de la forma en que ahora te muestro. 

Delante de tu Caldero Mágico, cogerás la vasija que contiene el agua del mar y la vaciarás en el caldero diciendo con voz firme:

“Este es el mar de los sentimientos, donde habita todo el Amor que estoy buscando”.

Entonces cogerás la vasija con el agua del río y la mezclarás con la de mar diciendo: 

“Con esperanza y de manera incesante el río busca al mar, porque en él alcanza su plenitud y se hace grande; y los dos forman uno. Así quiero yo, que mi ser se encuentre y se una con otro ser, en el que alcance mi plenitud y me haga grande, y los dos seamos uno”.

Encantamiento de amor

El Agua del río fluye sin cesar,
Recorriendo las montañas hasta llegar al mar.
Mar de mis emociones, alegra los corazones,
Que sin cesar se buscan, para calmar las pasiones.

Ahora escribirás en un pergamino el encantamiento que te muestro y seguidamente, redactarás una carta a tu ser amado. Siéntete libre a la hora de expresarte y no tengas en cuenta el tiempo que ha de llevarte. Piensa que, realmente los Espíritus del Aire, harán llegar el contenido de esta carta a la persona que amas, y desde ese momento, sabrá que la buscas con todo tu amor. Por esta razón, puedes pintar algún dibujo o escribir algo romántico que deleitaría sin duda, a quien leyera la carta.

Cuando hayas concluido, apuntarás al Caldero Mágico con tu dedo índice o Vara mágica, para recitar, con cierta entonación, el “Encantamiento de Amor”, seguidamente leerás también, en voz alta, la carta que has escrito.

Ahora prende fuego al pergamino y deja que arda sobre el Caldero, permitiendo que las cenizas caigan en el agua, donde las recogerán las Ondinas. Coge la hermosa Rosa y deshoja sus pétalos sobre las cenizas, para que se impregne de amor y pasión tu deseo, y las Hadas, que se sienten atraídas siempre por las Rosas, te ayuden a conseguirlo.

De esta manera, por el poder generado en tu obra mágica, podrás disfrutar psíquicamente de la presencia que con tanto amor y deseo has invocado. Relájate y llénate de su presencia espiritual hasta que creas que debes abandonar el círculo.

Ten la certeza de que los Dioses pondrán a ese ser en tu camino, pues de esta forma yo mismo, conjuré este encantamiento para que apareciera en mi vida la hermosa Viviana. Fue con ella con quien he disfrutado del pleno amor por todo el Bosque de Brocéliande, y la que todavía hoy, colma y llena de dicha mi corazón.

Por lo que no dudes que algún día de Luna Llena, los mensajeros de las Aguas, se acercarán a ti para ofrecerte todo lo que has pedido al Universo, y que los Dioses te concederán para que alcances por siempre, a la pareja ideal que tanto deseas y estás esperando.

La magia de la tierra para la riqueza

Dirígete al bosque un día de Sol y elige un árbol robusto. Debajo del árbol haz un pequeño hoyo donde enterrarás una nuez, unos granos de maíz, una moneda dorada y un cuarzo. Antes de tapar con tierra estas ofrendas a los Elementales de la Tierra, acércate a ellas para que les llegue el aliento de tu voz, y pídele a Cernunno, que es el Rey de la Tierra, que acreciente tus riquezas. Tapa el hoyo y dibuja sobre la tierra, el símbolo del Pentagrama, o Estrella de cinco puntas.

Mantente en reflexión el tiempo que necesites, sintiendo al Árbol y la Vida que emana de él cuando sus raíces abrazan la tierra. 

Y así como la semilla en la Naturaleza posee la virtud de dar vida nuevamente, has de sentir cómo lo que tú has sembrado, crecerá también para otorgarte los bienes materiales y la riqueza que necesitas. Luego, abandona el bosque agradeciendo a los Dioses el haberte escuchado.

La fuente de la salud

El agua, sana y purifica nuestro cuerpo, nos da la vida y permite que la tierra sea fértil y crezcan los cultivos que nos alimentan. Sin ella no habría vida. En el momento en que te veas necesitado de salud, o desees alejar de ti una enfermedad, acude a una fuente o manantial que brote de la montaña y rodéala por tres veces, en el sentido en que se lee el tiempo. 

Después busca tu reflejo en el agua, pues cuando ésta refleja tu rostro, es como una ventana al Otro Mundo y pídele a Llyr, el Rey de las Aguas, que te sane y se lleve tu enfermedad. 

Aunque si sospechas que tu enfermedad es causada por alguna brujería o maleficio, deberás conseguir una piedra blanca que se dice llamar de la Luna, y la pasarás cuidadosamente por la zona afectada. Entonces irás a la fuente y tirarás al agua la piedra de la Luna junto con un alfiler doblado y un botón de tu atuendo. 

Si tu mal fuera muy fuerte, deberás tirar también, una moneda al agua para los Espíritus del Agua, y después de esto, arrancarás con fuerza un trozo de tu ropa. Una vez tengas el jirón, lo mojarás en el agua y lo pasarás por todo tu cuerpo para, finalmente, dejarlo colgado del arbusto más cercano a la fuente. 

Protección del hogar

Da igual si vives en un gran castillo o en una rústica casa, este lugar será siempre tu hogar y constituirá un pequeño refugio en el que, además de resguardarte de la lluvia y otras inclemencias del tiempo, te protegerás de posibles intrusos, tanto humanos como animales, y en el que desarrollarás felizmente tu vida familiar y social.

Por lo que, si deseas prevenir eventuales riesgos o problemas que puedan afectar a tu hogar, tu familia o tus animales, deberás cultivar en el jardín la planta Artemisa. Cuando alcance cierta altura, le cortarás algunas ramas que dejarás secar. Llegado ese momento, las quemarás sobre brasas de carbón vegetal, al que añadirás también unos granos de Incienso. El humo que se desprenda de esta combustión lo pasarás por toda la casa, pues de esta manera, conseguirás alejar las fuerzas del mal y romper las maldiciones que recaigan sobre ella. Has de tener en cuenta, que para tener éxito en esta obra, deberás realizarla durante la fase Menguante de la Luna, aunque también puedes lograr buenos resultados si lo haces en Luna Nueva. 

Otra de las razones por las que debes tener siempre a mano la Artemisa, es porque con ella lavarás tus herramientas mágicas, para liberarlas así de las energías pesadas que vayan recogiendo después de los usos mágicos a las que las sometas.

Con el tiempo, he podido observar que todo buen resultado guarda una correspondencia directa con el equilibrio y la armonía del Todo. Si tienes en cuenta esta consideración, después de haber limpiado el ambiente de energías negativas, comprenderás que tu siguiente trabajo será el de atraer energías positivas a tu hogar, y así, poder lograr este equilibrio del que te hablo.

Esto lo conseguirás fácilmente, cuando en la fase de Luna Creciente quemes una mezcla de flores secas, de las que hayas ido recogiendo en tus visitas al bosque, entre las que no podrán faltar las flores de Manzanilla, Lavanda y Brezo. El incienso que le añadirás esta vez, será el de Estoraque, pues su dulce y agradable aroma, contribuirá a favorecer la armonía y la paz en el hogar.

Si deseas mantener el efecto de estas limpiezas espirituales, deberás repetirlas en la siguiente Luna que corresponda, y si deseas proteger de forma más duradera tu hogar, realiza el conjuro que seguidamente te expongo.

Te adentrarás en el Bosque para conseguir un puñadito de tierra fresca, que más tarde ofrecerás al Reino de la Tierra, pues es en este Reino en donde cobrarán importancia tanto tu ofrenda como tu petición. 

También buscarás una pequeña rama o tronco que estén cubiertos de musgo, pues los Duendes y las Hadas siempre eligen estos lugares para jugar o comunicarse entre ellos. Así además de llevar a tu hogar, una pequeña parte de la Naturaleza impregnada de la energía mágica de estos seres diminutos, también te beneficiarás de las maravillosas propiedades que te aportará el musgo. 

Yo mismo he visto cómo los Gnomos y los Duendes, ocultan sus tesoros en los lugares donde crece el musgo, por lo que puedes estar seguro que si colocas tu dinero bajo unas ramitas de esta planta, te asegurarás ingresos constantes; y si las llevas en tus desplazamientos, también te ayudarán a disfrutar de un viaje seguro y feliz.

Es el musgo una diminuta planta que, además de ser el refugio ideal para pequeños seres invertebrados que viven bajo su cobijo, ejerce una importante función en el bosque, pues evita la degradación del suelo al mantener su humedad. Ahora que te digo esto, considero importante que sepas que cada vez que te lleves algo del bosque, deberás también dejar algo provechoso para él, como podrían ser granos o semillas que al germinar favorezcan su desarrollo y mantenimiento. De esta forma, no solo agradarás a sus espíritus los Elementales, sino que contribuirás también a mantener en equilibrio el ecosistema.

También te has de dirigir a un manantial o arroyo del que cogerás, después de pedirles permiso a las Ninfas del Agua, un poco de agua y cinco piedras que también estén cubiertas de musgo. Si no dispones de un río cercano, recoge las piedras en el bosque y entonces utiliza el agua de lluvia o mejor aún el agua de tormenta si dispones de ella. 

Para preparar agua de lluvia, solo necesitarás dejar al exterior un cuenco de arcilla, para que pueda recoger el agua que cae de la lluvia y así poder utilizarla en tus trabajos mágicos cuando tengas que representar al elemento Agua. Yo siempre tenía uno a la intemperie, pues así nunca carecía de ella.

Y como las tormentas eléctricas no son demasiado frecuentes, has de tener la previsión de preparar la mayor cantidad de agua que puedas, cuando sepas que se avecina un temporal. Pues el rayo encarna el elemento Fuego, el trueno el elemento Aire, y la fuerza de la tormenta el elemento Tierra, que a su vez, hace de receptora de la misma. Así, el Agua de tormenta que corresponde al elemento Agua, le transmitirá a tus hechizos la máxima potencia, pues guarda en su interior la fuerza de todos los Elementos de la Naturaleza.

Finalmente, cuando dispongas de todo, prepara tu altar para ejecutar el conjuro. Una vez trazado el círculo mágico, dispondrás tus herramientas como ya te he explicado en otras ocasiones, pero además esta vez, colocarás en el Reino del Norte, un pequeño cuenco de arcilla con la tierra fresca; en el Reino del Este un recipiente en donde quemarás incienso de Oro, pues para este conjuro deberás atraer a los Gnomos, y como les encanta el oro y todo lo brillante, no podrán resistirse y acudirán, sin duda, a tu invocación; en el Reino del Sur, encenderás una vela marrón, pues con este color, protegerás todos tus bienes, incluidos tus animales; y en el Reino del Oeste el agua de la que dispongas. En el centro, colocarás el pequeño tronco y marcarás en él, con tu Cuchillo mágico, el símbolo del Pentáculo o estrella de cinco puntas. Sitúalo delante del Caldero Mágico, y en el interior de éste, coloca las cinco piedras; luego rellena de agua hasta que queden cubiertas.

Enraízate con la Tierra y siente su poder para dotar al ritual de todo su objetivo mágico. Cuando te sientas preparado, coge el tronco con ambas manos y álzalo al Cielo, ofreciéndolo al Espíritu para que le confiera el poder de su Protección Divina. Entonces con voz firme, recita el siguiente conjuro:

«Norte, Sur, Este y Oeste
Solicito para mi casa una protección fuerte.
Tronco del bosque, cubierto de musgo
Aparta de mi hogar cualquier disgusto.
Gnomos y Duendes de los Tesoros
Guardad mi casa, que no sufra deterioros.
Por el poder de Cernunno, Rey de la Tierra
Con este conjuro consiga lo que quiera».

Cuando consideres, abandona el Círculo mágico, pues el ritual concluirá cuando la vela se consuma. Llegado ese momento, guardarás el tronco en la entrada de tu casa, para que haga de barrera e impida que entre el mal en ella. Luego, deberás colocar una piedra en cada punto cardinal de tu casa, como haces en el Altar con los Elementos. 

Si has realizado todo como te he indicado, y lo has hecho correctamente, tu hogar estará protegido durante un año. Al cabo de ese tiempo, deberás repetir nuevamente el conjuro.

Animales de poder

Cada persona tiene unos animales de poder, que son aquellos que siempre le guían interiormente y le acompañan por todos los caminos de la Magia. Mi primer animal de poder, como ya te conté al principio, fue la Lechuza. Ella vino a mi encuentro y se integró en mí, abriendo mis ojos al mundo de la Magia y me permitió ver y contemplar, a través de los suyos, gran parte de la vida espiritual que ahora conozco.

Al vivir en el bosque, fueron muchas las ocasiones en las que se me presentó Cernunno, el Señor de los Animales. Su poder era tan grande que podía someter a cualquier animal salvaje solo con su presencia. Él me enseñó a integrarlos en mi alma, por lo que pronto me di cuenta de que podía hablar con ellos, pensar como ellos y ver como ellos. Al incorporarlos en mí, emulaba sus cualidades, hasta el punto en que yo mismo me sentía con propia naturaleza animal. 

Muchos se me revelaban en sueños, como seguramente se te aparecerán a ti a la hora de descubrir cuáles te pertenecen. 

Algunos como el Gran Dragón, entraban en mi mente para iluminarme con su luz y su sabiduría oculta. Estos seres que algunos consideran monstruosos, son los guardianes de lo Sagrado, y establecen un puente con el Otro Mundo. Formaban ya una parte inseparable de mí, y de esta forma pude ver de cerca, la batalla que se desencadenó entre dragones, que me permitió presagiar la muerte del Rey Vortigern.

Otros animales que siempre me acompañaban y me aportaban señales, eran sin duda, la Corneja y los Cisnes, pues ambos son mensajeros del Más Allá. Me permitían ver el futuro y me daban señales según volaban en el cielo, aunque también tenía en cuenta sus voces y graznidos. Según resultaran estas manifestaciones, lanzaba luego mis augurios.

En más de una ocasión utilicé las hermosas plumas blancas que perdían los Cisnes, para hacer encantamientos de amor, pues estas bellas aves, son una de las parejas de animales más fieles que existen. También he podido escuchar sus cantos melodiosos antes de morir, pues su alma se enciende de alegría al saber que pronto se liberará de su cuerpo mortal.

El Ciervo era otro de mis animales de Poder, pero solo cuando me hice uno con él, pude apreciar el enorme poder de sus astas, pues al sentirlas en mí, percibí cómo se alejaban rápidamente algunos espíritus oscuros que trataban de importunarme. Por esta razón, a finales de invierno coincidiendo con el desmogue, recogía la cornamenta de los ciervos, pues con ella, elaboraba extraordinarios y poderosos amuletos. 

También fabricaba talismanes para alejar a los demonios, en ese caso, siempre les grababa el Pentagrama. Aunque también empleaba otros símbolos mágicos y astrológicos para desviar las malas influencias astrales, o para atraer la Fortuna.

El camino de la sabiduría oculta

A ti, mi querido lector, espero haberte ayudado con estos pequeños relatos de Magia y Encantamientos, a mostrarte cuanto de místico y divino se oculta en la Naturaleza, y que solo descubrirás si te adentras en el maravilloso mundo de la Magia, e integras todos estos conocimientos en tu alma.

Mi ser reposa ya apacible, pues te he legado mi saber para que no se pierda en el tiempo. Ahora avanzarás tú solo por el camino de la Sabiduría Oculta, y deberás hacerlo con determinación y constancia, invocando el espíritu de los más antiguos para que te transmitan, al igual que me han transmitido a mí, los conocimientos inmensurables que poseen. Ellos te mostrarán los secretos maravillosos y ocultos que esconde el Universo, y así entrarás por la puerta del Templo de la Sabiduría, en donde se te revelarán los conocimientos mágicos necesarios para alcanzar lo que jamás hubieras podido soñar.

Y nunca te olvides de agradecer a los Dioses y a sus Espíritus, los dones que, sin duda, te serán concedidos a través de la Magia.

Que nada consiga disuadirte de tu aprendizaje, pues serás bendecido con la presencia de los Dioses, en el camino hacia tu despertar.

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