Los dragones son criaturas complejas, con un poder majestuoso, a los que generalmente, se les atribuye la astucia y, a menudo, el poder del habla: no son simplemente monstruos brutales y aterradores. Aunque, ocasionalmente, sean hostiles, como cuando un dragón de tierra se agita y las ciudades humanas se derrumban, no tienen malicia personal.
Los dragones simplemente operan según diferentes leyes que no siempre están enfocadas en nuestros intereses.
Comprender esas leyes y adaptarse para acomodarlas es un camino hacia la sabiduría.
Éste es el espíritu con el que los dragones inspiran este tarot: el tarot también opera según leyes que están un poco más allá de nuestro alcance consciente, levantando el velo de la corriente espiritual subterránea de los mundos que habitamos.