La Turmalina negra se utiliza como una herramienta defensora ante la enfermedad, al tiempo que colabora fortaleciendo también, el sistema inmunitario.
Actúa eficazmente sobre la tristeza emocional y la melancolía, concediendo serenidad y mayor claridad.
Ayuda a cambiar los viejos patrones mentales y los malos hábitos, favoreciendo la buena toma de decisiones.