Sin duda, la herradura es uno de los amuletos más antiguos que existen.
Las herraduras más apreciadas son las de hierro usadas por los caballos, pues es el metal más potente que se conoce contra el mal de ojo.
Si se coloca la herradura cerca de la puerta de entrada, con las puntas hacia arriba, atraerá la buena suerte. Si se coloca la herradura con las puntas hacia abajo, tendrá el poder de atrapar a los malos espíritus, pues al no poder éstos ascender sino reptar, se ven obligados a permanecer encerrados dentro del círculo que forma la herradura.
Clavar una herradura en el umbral de la puerta atraerá la buena suerte y alejará una gran cantidad de males.
La Leyenda de la Herradura
Según una antigua leyenda había cuatro demonios cuyos nombres eran Tristeza, Mala Suerte, Enfermedad y Muerte. Estos demonios se encontraron con un gitano que iba a caballo, de regreso a su casa.
Cuando el gitano cruzó un puente, los demonios salieron del bosque y comenzaron a perseguirlo. El gitano comenzó la huida y procuraba ir saltando cercas para esquivarlos, pero aun así casi lo alcanzaban.
El demonio Mala Suerte era el que más se aproximaba al gitano y estando a punto de alcanzarlo, el caballo del gitano que galopaba veloz tiró una herradura que le dio en la frente a Mala Suerte, provocándole la muerte inmediata.
El gitano se detuvo a recoger la herradura y continuó hacia su campamento. Mientras, los otros tres demonios se llevaron a su hermano muerto para enterrarlo.
Llegando por fin a su casa, el gitano contó a todos lo que le había pasado y asombrado por el acontecimiento, clavó la herradura en la puerta.
Al amanecer, los otros demonios con ansias de venganza, fueron a por el gitano, pero cuando vieron colgada en el umbral de la puerta la herradura que mató a su hermano Mala Suerte, huyeron asustados y dejaron en paz al gitano.
Es por eso que se considera un símbolo de buena suerte colgar una herradura en la entrada de la casa, pues de esta manera se cree que el mal no podrá entrar en ella.