El Cerezo y el Amor

El cerezo es un árbol que está bajo la influencia del planeta Venus, por lo que se utiliza en la magia para atraer el amor, la felicidad y la belleza. 

Cuando los cerezos empiezan a florecer significa que falta poco para el final del invierno. Sus tempranas flores, apreciadas en todo el mundo por su gran belleza, tienden a caerse pronto, pues su delicadeza y fragilidad no resiste la todavía impetuosa fuerza del viento.

Este hecho invita a meditar y reflexionar sobre la brevedad, la belleza y lo efímero de la vida. Con la llegada de estas flores se nos recuerdan los sacrificios y esfuerzos que se deben superar para lograr dar fruto o para conseguir un objetivo cumplido, entendiendo que las dificultades y las duras pruebas que la vida nos hace pasar, suelen ser el preludio de valiosos resultados.

Hechizos de Amor con el Cerezo

Un sencillo y bello hechizo japonés para atraer el amor es el de atar un mechón de cabello a una rama de cerezo en flor. 

Si la persona amada está lejos, también ayudaría a mantener el amor y que no caiga en el olvido, el guardar un mechón de cabello en un relicario o guardapelos junto a tres flores de cerezo y las fotografías de los enamorados.

La Leyenda del Sakura

La floración de los cerezos japoneses o Sakura es todo un acontecimiento natural conocido y apreciado en todo el planeta. 

En la obra de Hagakure, escrita por Yamamoto Tsunetomo, se relata una de las leyendas del Sakura que explican el hecho de que las flores del cerezo, que en un principio eran blancas, tornaran a un suave color rosado.

Esta flor, que tiene la particularidad de caer de las ramas en su máximo esplendor antes de marchitarse, se asocia a lo efímero de la vida. 

Es por esto, por lo que conecta con los Samuráis, para quienes el máximo honor era morir en batalla en su apogeo como guerreros, en vez de hacerlo por enfermedad o longevidad.

Fue en Japón, durante la Era Meiji, coincidiendo con la floración de los cerezos, cuando se mantuvo una larga guerra en la que los Samuráis fueron llamados a batalla, quedando sus mujeres solas en la casa.

Era costumbre plantar un cerezo cuando el Samurái la abandonaba para ir al conflicto.

Si las mujeres llegaban a recibir la notificación de la muerte de sus maridos cometían el “Harakiri” o suicidio bajo el cerezo. Entonces, las raíces absorbían su sangre y las flores tornaban de blanco a rosa

Curiosamente, el jugo de la cereza, se utiliza como sustituto de la sangre en antiguos rituales mágicos.

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