Cuando se habla de sombra, puede que una de las primeras ideas que nos viene a la mente, sea la sombra de un árbol. Se tienen referencias de que a las brujas les gustaba llevar a cabo sus prácticas mágicas, bailar y volar con sus escobas debajo de los nogales, por lo que la sombra de este árbol no se determina portadora de buena suerte. Probablemente de aquí venga el dicho de “La sombra de la higuera no es buena y la del nogal trae mucho mal”, pues la de éste último se considera adversa incluso cuando se proyecta sobre la casa. En cambio, es muy apreciada la del Roble.
El mal de la sombra o asombramiento, es muy peligroso y sus efectos son muy dañinos.
La persona que lo sufre se vuelve pálida y le duele todo, sufriendo una constante debilidad física. A menudo, los niños pequeños son los más perjudicados pues incluso se frena su crecimiento y adelgazan progresivamente.
Las sombras pueden ser causadas tanto por personas vivas como muertas. De las vivas, las más perjudiciales son las que pueden causar las hembras de los animales o incluso las mujeres, sobre todo, cuando están menstruando.
Las sombras de las personas muertas suelen ser causadas por ánimas en pena, y generalmente causan este mal a sus familiares próximos para que no se olviden de ellos y les permitan salir de su suplicio. Existen determinados casos en los que la influencia del difunto es tal, que la víctima por culpabilidad o temor se niega o se muestra reacia a sacarse la sombra.
También son dañinas las sombras que se originan por algún fenómeno astrológico, como pueden ser los eclipses, que podrían afectar a las cosechas y a los frutos, transmitiendo el mal de la sombra al cuerpo a través del consumo de estos alimentos.
Hay algunas sombras que, por desgracia, no tienen remedio. Se dice que este es el caso de la sombra causada por la serpiente, dejando a quien la padece con alguna lesión o deformidad permanente.
¿Cómo sacar el Mal de la Sombra?
El mal de la sombra se consigue sacar bañándose a contrapelo con el agua donde se hirvió la ceniza del «toxo» diciendo las palabras secretas, que con mucho recelo guarda aquel a quien le fueron oralmente transmitidas.
Para quitar el mal de la sombra, el «toxo» debe tener la «chorima», que es la vistosa y pequeña flor amarilla que se encuentra entre sus espinas. Según reza un antiguo dicho popular sobre el «toxo»: “Dios puso las flores, y el Diablo para fastidiar, las espinas.”