El mal de ojo es un mal energético causado por una extraña fuerza que se posee en la mirada, pues a través de los ojos, podemos producir energía negativa o positiva.
Cuando una persona emite energía maléfica utilizando los ojos, se dice que echa el mal de ojo.
Se atribuye a las brujas el poder de “echar el mal de ojo” aunque no solamente puede ser provocado por ellas. Hay muchas personas que sin saberlo o quererlo pueden tener también esa facultad.
Los niños y las mujeres embarazadas son víctimas fáciles del mal de ojo, aunque puede recaer también sobre cualquier persona incluyendo animales, casas, cultivos, negocios, vehículos y sobre cualquier objeto o materia, teniendo la capacidad de producir daño, desgracias y todo tipo de males.
Es la envidia uno de los males que causan los mismos síntomas que un Mal de Ojo.
¿Cómo saber si se tiene Mal de Ojo?
Existen una serie de indicios que permiten reconocer si una persona puede estar afectada por un mal de ojo. Algunos de los más comunes son los siguientes:
La falta de energía
Uno de los síntomas más frecuentes cuando se produce un aojamiento es la falta de energía.
La víctima de un mal de ojo, por lo general, se muestra cansada y sin ánimo, sin ganas de cumplir con sus responsabilidades, hacer sus tareas diarias o incluso sin deseos de hacer aquello que más le gusta.
Se tiene la sensación de que cargamos con el peso del mundo y todo es un resultado de acciones lentas y pesadas.
Se rompen cosas
De manera inexplicable, ya no solo se caen de las manos los vasos, los platos o algo material que apreciemos, sino que se empiezan a estropear, sincronizadamente, electrodomésticos, vehículos o cualquier aparato tecnológico que usemos en el que esté impregnada nuestra energía.
Se tiene mala suerte
Bajo los efectos de un mal de ojo no hay cosa que salga bien, pues no se tiene acierto en nada.
Se tuercen los planes, se malgasta el dinero, los negocios no van bien o se pierde el trabajo, enferman los animales, se estropean las cosechas y se discute o se pierde la pareja, entre otras muchas incidencias.
Alteraciones del sueño
No se es capaz de conciliar el sueño, se tienen pesadillas o se despierta siempre a la misma hora de la noche.
Irritabilidad
Se producen cambios de humor sin razón aparente, además de finalizar discutiendo, sin motivo, sobre cualquier comentario o conversación que se mantenga.
Se abandonan las amistades o la familia buscando el aislamiento y la soledad.
Falta de apetito
La desgana es general y también se traslada a una falta de apetito. Incluso se pueden comenzar a tener molestias digestivas porque la comida no sienta bien.
Cambios físicos
Se pierde color y brillo en la cara, llegando a mostrar palidez, ojeras o alteraciones en la piel.
La persona afectada por un mal de ojo también abandona sus hábitos de arreglarse o asearse con normalidad, o si lo hace, no se encuentra cómoda en su atuendo.
Se podrían seguir enumerando más efectos causados por un mal de ojo, pero lo más importante para darse cuenta de que se padece este mal energético es guiarnos por la intuición y saber reconocer en uno mismo esa extraña sensación, a menudo, advertida en nuestro subconsciente, de que lo que sucede no es “normal”.
Si se sospecha que se tiene un mal de ojo, existen remedios caseros que pueden ayudar a mejorar, pero se debe acudir a un experto o profesional para que mediante sus conocimientos se restablezca, cuanto antes y de forma segura, el estado energético anterior.
Protecciones contra el Mal de Ojo
Según la tradición, la mejor protección para combatir el mal de ojo, es la imagen de un ojo.
El Nazar es un amuleto, generalmente de cristal, que tiene forma de ojo y que se lleva puesto; aunque también se coloca en las casas, coches y negocios o en donde se quiera proteger del mal de ojo.
Es muy común en países como Turquía y Grecia, por lo que comúnmente, suele conocerse como “Ojo Turco”.
Otro de los amuletos en forma de ojo más famosos es el Ojo de Horus. Su uso estaba generalizado en la cultura egipcia, pudiera ser porque simbolizaba el ojo del Dios Sol quien tenía poder para anular el aojamiento.
Hay amuletos naturales con forma de ojo como las plumas del pavo real, que pueden usarse en el hogar como decoración, pero con el fin protector que les caracteriza.
También son muy apreciadas para protegerse de este mal, las piedras en las que la propia naturaleza dibuja de manera caprichosa la forma de un ojo, como los que se encuentran fácilmente en algunas Ágatas o Malaquitas, o en las que se distingue el efecto óptico de un ojo, generalmente causado por una iridiscencia de la piedra, como en el caso del Ojo de Gato o la Obsidiana Arco iris.
También hay cristales o incluso guijarros con un agujero perforado en el interior de su estructura, por causa natural, no tallado por el hombre. En ese caso, también resultaría una protección eficaz contra el mal de ojo además de aportar buena suerte.
Pero si existe una piedra mágica por excelencia para combatir el mal de ojo, es el Azabache. Cuando sobre Azabache se talla un puño cerrado con el dedo pulgar entre el índice y el corazón, recibe el nombre de Figa o Higa, y es una de las protecciones más destacadas pues defiende no solo del mal de ojo, sino también de envidias y malas lenguas.
Otro amuleto natural muy popular, si bien escaso, es el ajo macho, que se caracteriza por estar formado por un solo diente. El ajo va absorbiendo la energía negativa de su portador hasta estropearse.
Un cordón rojo atado a la muñeca izquierda también es una protección contra el mal de ojo y las malas energías, y si tiene siete nudos protege los siete puntos energéticos del cuerpo.